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Mostrando las entradas de junio, 2021

El aire de otros

Todos los días mis ojos recaían en la misma vista. Por las mañanas, cuando apenas me levantaba, abría las ventanas y me asomaba a respirar el fresco aire que recorría mi piel, rozando la luz del sol por mis labios cortados por el frío de la noche anterior.  La claridad del día parecía cegarme, mis pupilas lagrimearon por el ardor del sol, mi visión parecía desvanecerse; mis brazos, mis piernas, mi cuerpo se disiparon por completo y caí al piso perdiendo fortaleza. Mi realidad se distorsionó por la aparición de una extraña sombra que se apareció ante mis ojos, tontamente intentaba levantarme, intentaba levantar mis párpados por completo, intentaba volver a vivir.  Cuando me di cuenta que, en la dimensión del mundo en la que estaba, mis manos, mis piernas y mi cuerpo entero ya eran cenizas, pasé a ser una nada que volaba en el aire sin rumbo fijo, siendo yo, esta vez, el aire que otros respirarían en las mañanas cuando apenas abran sus ventanas.                                           

Las olas

Las olas acarician la arena, rozan mis piernas con   su fría agua, y me detengo una vez más a mirar  el horizonte. Me acuesto en la arena y mis ojos se  pierden en el eterno cielo estrellado, imaginando  todo y nada a la vez. Me cierro, pienso, imagino,  pero no puedo desvelarme con estas ilusiones  vanas.  Y vuelven las olas y acarician la arena, y rozan de  nuevo mis piernas. Y me detengo otra vez, pero ya no estás a mi lado.  Y te imagino, y te pienso, y veo cómo la vida pasa,  y cómo todo se pierde en el tiempo. En "Encontrarme fue poesía" - Goralewski, Dalila 

Espejo de ilusiones

Clamaban los vientos vespertinos en mi alma. Los pájaros volaban y el sonido del mar inundaba mis  oídos con su suavidad, llenando mi ser de tranquilidad. Pero, a su vez y, paradójicamente, me llenaba  de recuerdos que estremecían mi corazón.  El dos de abril partiste y mis ilusiones quedaron en el mismo lugar en donde nacieron. Me descubrí y  descubrí mis propias angustias a través del espejo de tu mirada que me desesperaba, llena de vanas  ilusiones. El seis de abril volví a verte, pero esta vez fue entre tumbas y flores marchitas, como cada  ilusión que dejaste. Ahora, las noches se tornaban más angustiosas y frías, provocando una tormenta en  mi vida. El eco de tu risa quedó en mi memoria, el reflejo de tu dulce mirada se guardó en mi alma; tus  besos se impregnaron en mí como el sol en mi piel. Y cada ilusión se vio reflejada en el espejo de mi  vida, inconsciente por la falta amor.                   En " Encontrarme poesía " - Goralewski, Dalila