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Aquellas noches

Aquellas noches en las que he escrito en tu nombre, pensando en los deseos enloquecidos  que tenía de verte... lo he hecho sabiendo que no sucedería nada más que un desagradable desencuentro, un mar de ilusiones y cero posibilidades de estar a tu lado.  Todas aquellas noches en las que pensaba en tus ojos y en las que escribía poesía imaginando tu cuerpo y tus labios pronunciando “amor”, también imaginaba una mirada cálida que se dirigiera a mí con pasiones interminables.  Aquellas noches en las que el insomnio carcomía mi mente y me hacía cada vez más débil, provocaban en mí una potencial y siniestra amargura. Imaginaba en las noches oscuras de agonías, una silueta que me decía que el suicidio anhelaba verme. Aquella sombra, estremecida por los amoríos, añoraba verme llorar; me repetía una y otra vez que tú ya no me querías.

Un sueño

Un sueño que me toca el alma, que recorta mi vida en trozos,  en pedazos de ilusiones con sabor amargo. Un sueño que descose mi corazón sin piedad, que mata mis horas de realidad,  que destruye mi vida de cristal.  Un sueño que me deja en fragmentos, en soledad;  vacía mi alma de tu amor, me llena de pena y desilusión.    Ahora me miro al espejo y soy ajena a todo sueño  de amor, ahora ya no queda pasión. Un sueño de desilusión y desamor.  Lila Gwski 

El aire de otros

Todos los días mis ojos recaían en la misma vista. Por las mañanas, cuando apenas me levantaba, abría las ventanas y me asomaba a respirar el fresco aire que recorría mi piel, rozando la luz del sol por mis labios cortados por el frío de la noche anterior.  La claridad del día parecía cegarme, mis pupilas lagrimearon por el ardor del sol, mi visión parecía desvanecerse; mis brazos, mis piernas, mi cuerpo se disiparon por completo y caí al piso perdiendo fortaleza. Mi realidad se distorsionó por la aparición de una extraña sombra que se apareció ante mis ojos, tontamente intentaba levantarme, intentaba levantar mis párpados por completo, intentaba volver a vivir.  Cuando me di cuenta que, en la dimensión del mundo en la que estaba, mis manos, mis piernas y mi cuerpo entero ya eran cenizas, pasé a ser una nada que volaba en el aire sin rumbo fijo, siendo yo, esta vez, el aire que otros respirarían en las mañanas cuando apenas abran sus ventanas.                                           

Las olas

Las olas acarician la arena, rozan mis piernas con   su fría agua, y me detengo una vez más a mirar  el horizonte. Me acuesto en la arena y mis ojos se  pierden en el eterno cielo estrellado, imaginando  todo y nada a la vez. Me cierro, pienso, imagino,  pero no puedo desvelarme con estas ilusiones  vanas.  Y vuelven las olas y acarician la arena, y rozan de  nuevo mis piernas. Y me detengo otra vez, pero ya no estás a mi lado.  Y te imagino, y te pienso, y veo cómo la vida pasa,  y cómo todo se pierde en el tiempo. En "Encontrarme fue poesía" - Goralewski, Dalila 

Espejo de ilusiones

Clamaban los vientos vespertinos en mi alma. Los pájaros volaban y el sonido del mar inundaba mis  oídos con su suavidad, llenando mi ser de tranquilidad. Pero, a su vez y, paradójicamente, me llenaba  de recuerdos que estremecían mi corazón.  El dos de abril partiste y mis ilusiones quedaron en el mismo lugar en donde nacieron. Me descubrí y  descubrí mis propias angustias a través del espejo de tu mirada que me desesperaba, llena de vanas  ilusiones. El seis de abril volví a verte, pero esta vez fue entre tumbas y flores marchitas, como cada  ilusión que dejaste. Ahora, las noches se tornaban más angustiosas y frías, provocando una tormenta en  mi vida. El eco de tu risa quedó en mi memoria, el reflejo de tu dulce mirada se guardó en mi alma; tus  besos se impregnaron en mí como el sol en mi piel. Y cada ilusión se vio reflejada en el espejo de mi  vida, inconsciente por la falta amor.                   En " Encontrarme poesía " - Goralewski, Dalila

Todas las veces

Todas las veces que estuvimos mirándonos frente a frente, todas las veces que nos cruzamos y no fuimos capaces de parar, todos los días, cada segundo, cada minuto, cada hora.  Cada vez que nos deteníamos en esa mirada eterna y profunda, tan intensa y delicada, tan frágil; duraba segundos en los pasillos de ilusión, en esa entrada de cristal con globos rojos alrededor.  Cada día se hacía más difícil, era más complicado mirar el reloj y apurar la hora de verte. Era más difícil borrar el sentimiento, eliminar los pensamientos, borrar cada recuerdo; no volver a mirar el reloj, cambiar de pasillo, borrar la memoria.                                                                            Lila Gwski  

En tu nombre

¿Sería muy obvio si escribo un relato en tu nombre? Lo haría pensando en aquellos días en los que te veía sonreír alegremente, cuando el pasado pasaba como si fueran hojas adictas al viento y al volar sin rumbo. Como cuando nos abrazamos en aquella entrada de cristal con globos rojos alrededor. Sentimos una conexión tan potente como ese mismo viento que llevaba hojas de colores; esas que pintaban el cielo al volar y dejaban rastro de adicciones enamoradas por el aire, para que, cuando la gente pasara, se impregnaran de ellas y el círculo vicioso volviera a comenzar una y otra vez. ¿Te imaginas? ¿Te imaginas lo lindo que sería que volemos juntos por aquellos cielos? En " Encontrarme fue poesía " - Goralewski, Dalila 

Encontrarme fue poesía: Fragmento del prólogo

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Tal vez no sería escritora si no te tuviera en mi vida. Tal vez no sabría el valor del amor, de cada desliz y de cada letra. Tal vez seguiría fragmentada, rota, descocida, sin algo que me saque a flote y me vuelva a construir. Necesitaba algo que me devolviera a la vida, y ese algo fueron las letras. Quizás mis páginas quedarían en blanco por una eternidad, o mojadas por el vacío llanto que recorre mis mejillas cuando no puedo sacar todo lo que tengo dentro. Porque, “cuando se muere la ilusión, se termina la vida”, y vos siempre fuiste mi ilusión. Y sí, quizás sigo atada a eso; pero considerando que nadie saldrá vivo de esta vida, es mejor eso a no tener nada. "Encontrarme fue poesía" - Goralewski, Dalila